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Oaxaca,Oax. 18 de enero de 2010 (El correo de Oaxaca).- Poco a poco Ulises Ruiz ve cómo se le hace engrudo la candidatura del fiel Eviel. Ya cuatro aspirantes se reunieron en privado y más que hablar de sus respectivos proyectos y aspiraciones, coincidieron en que el actual diputado federal, ex funcionario de gobierno y delfín de Ulises, no debe, por ningún motivo, mantenerse como candidato.
No discutieron demasiado respecto de las cualidades del gris diputado federal, pues éstas no son lo que se dice abundantes. Tampoco de su proyección nacional, pues ésta no existe. Menos aún de sus relaciones políticas, que se reducen exclusivamente al contacto que tiene con Ulises.
Los cuatro fantásticos definieron las estrategias a seguir de aquí al registro. Claro que no lo harán abiertamente, no solo porque su naturaleza es la de actuar en las sombras, sino porque temen enfrentar a su gobernador que, quieran o no, los hizo legisladores o alcaldes. A él se lo deben todo, y seguramente él les conoce todo.
Por eso es que deben actuar en absoluto sigilo, no vaya a ser que se repita en alguno de los casos la comedia que en su momento escenificaron Roberto Madrazo y el entonces gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, y que de repente empiecen a salir cadáveres del clóset.
Imagínese usted que empiecen a lanzarse acusaciones unos a otros, pues en ese grupo no hay quien tenga la cola corta. Sería, como dice el manual del político, aventar lodo al ventilador. A todos se les enlodaría el penacho y saldría a relucir la frase cinemato-gráfica, pero en este caso real: !si caigo yo, caen todos ustedes¡.
Mientras ellos trabajan en lo oscurito, el fiel Eviel ha recurrido a personajes como César Augusto Santiago, incondicional de Ulises, para buscarle una salida al conflicto que al interior del PRI estatal ha provocado la necedad del todavía gobernador, mientras que éste ha buscado al senador priísta por San Luis y, como César, otro de sus incondicionales, Carlos Jiménez Macías, para intentar desactivar esta incipiente rebelión de aspirantes.
Ya hemos dicho aquí que Ulises, además de todo, no cuenta con el apoyo del gobierno federal y que hay más de uno que quisiera verlo no fuera del estado de Oaxaca, sino fuera del país. Así de grave está el asunto con el todavía gobernador entre la cúpula del gobierno federal y del panismo en general.
Qué decir del PRI. Los machuchones del tricolor ya olieron sangre y perciben a un gobernador debilitado, a un mandatario estatal que no tiene la fuerza para imponer a su candidato ni siquiera entre los priístas de su propia entidad, quienes le deben más de un favor político. No son pocos los indisciplinados, aunque no lo manifiesten abiertamente. Esta falta de control es percibida como una oportunidad para saltarse las trancas.
¿CUÁL ES EL DESTINO DE ULISES RUIZ ORTIZ?
No falta mucho para conocer el desenlace de esta tragicomedia oaxaqueña. Hay que esperar para saber el grado de maniobrabilidad que le queda a Ulises con personajes que son factores de decisión en su partido, llámese Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa o gobernadores que vean en el destino de Ulises un adelanto de lo que ellos mismos puedan padecer cuando les llegue el momento de decidir quién los va a suceder en el cargo.
Sería inadecuado suponer que el todavía gobernador de Oaxaca se va a quedar con los brazos cruzados, observando cómo se va todo al garete. Es de esperarse que patalee, que se lance a defender con todos los recursos a su alcance al único en el que confía, aquel que le asegura frenar eventuales investigaciones sobre su fortuna, sus bienes.
Quien detenga a los curiosos que pretendan hurgar en su administración para identificar irregularidades en la asignación de contratos, para ubicar a sus prestanombres, para conocer la realidad detrás de la Cuenta Pública. Ulises va a defender al fiel Eviel no porque se trate, insistimos, de un estadista, de un iluminado, sino porque es el único que le puede garantizar inmunidad.
Y mientras Ulises trata de apagar el fuego en su partido, ya otros institutos políticos se abocan a coaligarse para enfrentarlo en las urnas. Ven en esta debilidad, la oportunidad de arrebatarle al PRI un gobierno que ha mantenido por más de 80 años. Hace seis años quedaron muy cerca, si no es que inclusive ganaron.
Insisto en que es cosa de tiempo, de algunas semanas para que se vayan aclarando las cosas, para que los del PRI se decidan finalmente a jugársela frente a Ulises y para que los opositores se decanten por la que consideren su mejor opción.
Extracto. Tomado del semanario El Correo de Oaxaca